Por H o por G: Huelga General
Pixkat berandu baina...
bASKE bizi! sentitu, pentsatu, egin!
Gabirel Ezkurdiaren bloga
Allá por el XIX inicios del XX, a los trabajadores que sufrían la inhumanidad del capitalismo en la precariedad y la alienación más inmisericorde les pedían resignación cristiana desde la Iglesia. “Entendemos vuestros padecimientos pero no ha lugar a la lucha, Dios proveerá y tras la resignación que os santifica en vida llegareis a la gloria en el cielo eterno”, Rerum Novarum 1891.
Algo así acontece en nuestros días. La precariedad, la alienación y la explotación deben de ser llevadas con resignación democrática, que para eso está el “diálogo social” que nos permitirá junto a otras medidas “sociales” comprar ese innecesario coche que nos santifica socialmente y nos acerca a la gloria eterna del “qué dirán” en el aparcamiento de nuestro Centro Comercial favorito.
En 2009 hay miles de razones para ir a la Huelga General, todos y todas las conocemos, y muchas, actualizadas, son las mismas razones que movían a los trabajadores de otras épocas a luchar. Claro que nuestra actual Rerum Novarum, ahora llamada Consumun Narcotizatum parece hacernos ver que efectivamente nadie tiene porqué hacerla.
El Sistema ha abducido de modo tan determinante a los trabajadores y ha jerarquizado y parcializado de modo tan cruel e inteligente las condiciones laborales que el enfrentamiento de clase se ha derivado a un enfrentamiento en la clase. Divide y vencerás.
Ya no hay trabajadores dicen. Unos contra otros y viceversa. Fijos contra precarios. Autónomos contra asalariados. Parados contra inmigrantes. Autónomos con trabajadores contra trabajadores autónomos. Autónomos contra sindicados. Hombres contra mujeres. Prejubilados contra jubilados. Laborales contra funcionarios. Sindicatos contra sindicales, pequeña empresa contra empresa pequeña, becarios contra becarios y sobre otros becarios… pero eso sí los “trabajadores de la seguridad” donde siempre, y como siempre, defendiendo el ordenamiento vigente, esté quien esté
Nadie se ve en la necesidad de hacer huelga. A mi no me afecta. Para nada vale ese esfuerzo. Pierdo más que lo que gano. Otros luchan, yo me beneficio y así, a la chita callando…ya lo decía Alcántara el de Cuentame…hijo mío, no te metas en líos…apoliticismo franquista se le llama, Derecho al esquirolaje aunque ahora es más fino. Todos hablan del “derecho al trabajo” (ese día claro, el resto del año da igual); de la necesidad de no perder un día de producción o de ventas (aunque si hay final futbolera, no importa que sean tres); de las especiales características de cada individuo, de cada colectivo, (autónomos, subcontratados…), de la necesidad de garantizar el servicio público, del carácter político de la huelga, de la orondez de los liberados sindicales…mucha paja para poco contenido. Todos obvian lo fundamental, que el día de la Huelga, el primer derecho a preservar, y que hasta la policía debiera de garantizar (soñar es libre), es el derecho a la huelga. Ese derecho que se viola permanentemente mediante la amenaza, la desinformación, la coacción más vil, el mobbing laboral y la violencia más condenable, aunque esta no se condene nunca…
Sencillamente, se hace huelga porque la mayoría no puede libremente hacerla. Si todo el mundo vivera en libertad, no harían falta huelgas, es de perogrullo.
Por eso, es cuestión de solidaridad, de ponerse en la piel de los que más están sufriendo el Sistema, ahora denominado “crisis”. Empatizar con las miles de personas que todos y todas conocemos y que en nuestro entorno viven con dificultades, explotadas, alienadas, desesperanzadas, acojonadas. Salir de nuestra casilla e intentar empujar todos y todas por cambiar este destino al que no debemos cristianamente ni “democráticamente” resignarnos.
Tengas una tienda, seas funcionario, estés fijo, seas astronauta o autónomo; estés forrado porque te ha tocado la lotería, o vivas del cuento…Debes hacer huelga, movilizarte por ellos y ellas, por los que no pueden hacerlo, por los que no saben hacerlo. Miles de parados, de subcontratados, de precarios, de becarios, de trabajadores en B, de “amas de casa” que con su abnegada labor permiten que este Sistema de mierda funcione, de jubilados que cobran miseria, de viudas, de inmigrantes, de mujeres explotadas, de autónomos axfisiados…
Todo el mundo es consciente del timo, de la nula convicción de los charlatanes gubernamentales y de sus centrales sindicales al servicio del Capital. El gobierno reparte dinero público a los responsables de la crisis financiera mientras que ahora nos toca salvar a las multinacionales automovilísticas por el bien de…
Resignación, paz social, Dios o El Corte Inglés nos los recompensarán.
Por H o por G…Con todas las críticas más cañeras a los sindicatos, que han de espabilar y adaptarse a las necesidades de los trabajadores del siglo XXI, individualizados, narcotizados por el consumo, alelados por el virtual bienestar, divididos, inmersos en luchas fratricidas de subclases generadas y bien conducidas e inducidas por el Capital…Huelga General…primer paso para acabar con la impunidad de los que han parido esta pandemia fraudulenta.
bASKE bizi! sentitu, pentsatu, egin!
Gabirel Ezkurdiaren bloga
Allá por el XIX inicios del XX, a los trabajadores que sufrían la inhumanidad del capitalismo en la precariedad y la alienación más inmisericorde les pedían resignación cristiana desde la Iglesia. “Entendemos vuestros padecimientos pero no ha lugar a la lucha, Dios proveerá y tras la resignación que os santifica en vida llegareis a la gloria en el cielo eterno”, Rerum Novarum 1891.
Algo así acontece en nuestros días. La precariedad, la alienación y la explotación deben de ser llevadas con resignación democrática, que para eso está el “diálogo social” que nos permitirá junto a otras medidas “sociales” comprar ese innecesario coche que nos santifica socialmente y nos acerca a la gloria eterna del “qué dirán” en el aparcamiento de nuestro Centro Comercial favorito.
En 2009 hay miles de razones para ir a la Huelga General, todos y todas las conocemos, y muchas, actualizadas, son las mismas razones que movían a los trabajadores de otras épocas a luchar. Claro que nuestra actual Rerum Novarum, ahora llamada Consumun Narcotizatum parece hacernos ver que efectivamente nadie tiene porqué hacerla.
El Sistema ha abducido de modo tan determinante a los trabajadores y ha jerarquizado y parcializado de modo tan cruel e inteligente las condiciones laborales que el enfrentamiento de clase se ha derivado a un enfrentamiento en la clase. Divide y vencerás.
Ya no hay trabajadores dicen. Unos contra otros y viceversa. Fijos contra precarios. Autónomos contra asalariados. Parados contra inmigrantes. Autónomos con trabajadores contra trabajadores autónomos. Autónomos contra sindicados. Hombres contra mujeres. Prejubilados contra jubilados. Laborales contra funcionarios. Sindicatos contra sindicales, pequeña empresa contra empresa pequeña, becarios contra becarios y sobre otros becarios… pero eso sí los “trabajadores de la seguridad” donde siempre, y como siempre, defendiendo el ordenamiento vigente, esté quien esté
Nadie se ve en la necesidad de hacer huelga. A mi no me afecta. Para nada vale ese esfuerzo. Pierdo más que lo que gano. Otros luchan, yo me beneficio y así, a la chita callando…ya lo decía Alcántara el de Cuentame…hijo mío, no te metas en líos…apoliticismo franquista se le llama, Derecho al esquirolaje aunque ahora es más fino. Todos hablan del “derecho al trabajo” (ese día claro, el resto del año da igual); de la necesidad de no perder un día de producción o de ventas (aunque si hay final futbolera, no importa que sean tres); de las especiales características de cada individuo, de cada colectivo, (autónomos, subcontratados…), de la necesidad de garantizar el servicio público, del carácter político de la huelga, de la orondez de los liberados sindicales…mucha paja para poco contenido. Todos obvian lo fundamental, que el día de la Huelga, el primer derecho a preservar, y que hasta la policía debiera de garantizar (soñar es libre), es el derecho a la huelga. Ese derecho que se viola permanentemente mediante la amenaza, la desinformación, la coacción más vil, el mobbing laboral y la violencia más condenable, aunque esta no se condene nunca…
Sencillamente, se hace huelga porque la mayoría no puede libremente hacerla. Si todo el mundo vivera en libertad, no harían falta huelgas, es de perogrullo.
Por eso, es cuestión de solidaridad, de ponerse en la piel de los que más están sufriendo el Sistema, ahora denominado “crisis”. Empatizar con las miles de personas que todos y todas conocemos y que en nuestro entorno viven con dificultades, explotadas, alienadas, desesperanzadas, acojonadas. Salir de nuestra casilla e intentar empujar todos y todas por cambiar este destino al que no debemos cristianamente ni “democráticamente” resignarnos.
Tengas una tienda, seas funcionario, estés fijo, seas astronauta o autónomo; estés forrado porque te ha tocado la lotería, o vivas del cuento…Debes hacer huelga, movilizarte por ellos y ellas, por los que no pueden hacerlo, por los que no saben hacerlo. Miles de parados, de subcontratados, de precarios, de becarios, de trabajadores en B, de “amas de casa” que con su abnegada labor permiten que este Sistema de mierda funcione, de jubilados que cobran miseria, de viudas, de inmigrantes, de mujeres explotadas, de autónomos axfisiados…
Todo el mundo es consciente del timo, de la nula convicción de los charlatanes gubernamentales y de sus centrales sindicales al servicio del Capital. El gobierno reparte dinero público a los responsables de la crisis financiera mientras que ahora nos toca salvar a las multinacionales automovilísticas por el bien de…
Resignación, paz social, Dios o El Corte Inglés nos los recompensarán.
Por H o por G…Con todas las críticas más cañeras a los sindicatos, que han de espabilar y adaptarse a las necesidades de los trabajadores del siglo XXI, individualizados, narcotizados por el consumo, alelados por el virtual bienestar, divididos, inmersos en luchas fratricidas de subclases generadas y bien conducidas e inducidas por el Capital…Huelga General…primer paso para acabar con la impunidad de los que han parido esta pandemia fraudulenta.
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